Presentación

"Valga este blog para arrancar cincuenta minutos al día para mí. A solas, con mis pensamientos, mientras camino del portal de casa al final del pueblo, y del final del pueblo al portal de casa. Cincuenta minutos exactos, sino me encuentro a alguien conocido y paro para una parrafada.

Siempre me ha gustado caminar, diariamente, pero los derroteros vitales me han empujado a una larga temporada de vehículos a motor. Pero ahora el cuerpo me pide piernas, movimiento, y aire fresco."

viernes, 8 de agosto de 2014

¿Y porqué tanto renunciar? (hablemos de amores, primera de muchas partes).

Hace unos meses fuí a la presentación de una revista feminista en Coruña. Era un colectivo asturiano, y la revista, de nombre "La Madeja". Me gustó especialmente su presentación del monográfico número cuatro que hablaba exclusivamente de "los amores". Y ya en su pluralidad me sacudió, y me hizo continuar en esta eterna deconstrucción de lo aprendido.
De la misma manera que en un momento determinado me dí cuenta que la sexualidad humana no es exclusivamente adulta, ni exclusivamente coital, ni exclusivamente falocéntrica, los amores, así en plural, son tan extensos y amplios en su propia esencia, que me dí cuenta que la propuesta de La Madeja, encajaba muy bien con mi propio proceso.
Hay que hablar de amores, y mucho. Nos hemos pasado media vida centrándolo en el ideal romántico y heteronormativo por la presión brutal de los medios y la cinematografía, y los amores, en realidad, son muchas otras cuestiones.
Uno de los artículos de la revista propone incontables preguntas sobre los amores, y en grupo nos propusimos irlas contestando, a las personas interesadas en el tema, y todavía andamos en ello...

Aquí un párrafo de una de mis respuestas, quizá un punto de partida. Pero antes, ¿y porqué el título?, ¿y porqué tanto renunciar? porque esa idea de amor que nos han vendido en celofán, es tan, pero que tan, limitada, tan exclusiva "si elijo esta opción, deshecho todo lo demás", que creo que no va nada conmigo. Invitadas estamos todas las personas a rumiar sobre los amores, un viaje la mar de interesante, la verdad...

Primero, el texto de la editorial, que ya invita a repensarnos en el terreno de los amores.

"¿Hay un lugar más común y colectivo que el amor? ¿Cuál es el lenguaje de los amores? La Madeja vuelve un año más con un tema que desde hace tiempo nos llama, nos ronda y revolotea entre nosotras: los amores. Elegimos hablar de los amores –así, en plural– por lo que el amor tiene de común y colectivo, porque así se nos antoja término más huidizo y extenso, y porque cuestiona y pone en evidencia la sólida y casi inamovible estructura del singular y mayúsculo «Amor»."

"En este nuevo número, como siempre nos pasa, hemos aprendido muchas cosas; y como siempre, también, ha sido un viaje intenso de alturas variadas y no exento de baches. Entre los aprendizajes destacamos el hecho de que de los amores todas tenemos mucho que decir. Pareciera que muchos de los textos que componen este número se hubieran ido gestando a lo largo de los años en los adentros de cada cual y que, aprovechando buenamente la ocasión, se vuelcan aquí con la complicidad y valentía del querer compartir hallazgos, cuestionamientos y aprendizajes útiles para estos tiempos. Por todo esto, gracias. ¿Quién pensó alguna vez que los amores no eran una cuestión política?."

"Podemos apuntar también que en este número la mezcla de lenguajes es más heterogénea que nunca, más experimental, más encarnada. A nuestro parecer, corre más riesgos. Y es que esta Madeja ha salido, entre otras cosas, la mar de poética; versos y autoras dialogan –¿por arte de magia?– de unos textos a otros. Fragmentos de vidas, balbuceos, diálogos, imágenes que se buscan, experiencias vitales que van confluyendo de atrás hacia delante y a la inversa, conforman una gran cartografía que da cuenta de que de los amores es difícil escapar. Por todo esto también, gracias. Fragmentos que atraviesan cuerpos e imágenes, amistades, afectividades, sexualidades, maternidades, cuidados, desamores, violencias, proyectos personales y colectivos, políticos y sociales, que nos ayudan a caminar con pies de barro."

"Y, sin embargo, cuánto esfuerzo para llenar esas páginas blancas que anidan la escritura, esos vacíos que pueblan la imaginación al buscar modos donde refugiarnos para construir otros lazos afectivo-amorosos. No, no es fácil (de)construir, hablar, escribir de amores… No, no es fácil reflexionar sobre estos vínculos que nos ligan a lxs otrxs, sobre estas relaciones que parecen tan naturales pero que de a poco vamos descubriendo que son también consecuencia de procesos históricos, políticos, sociales pero sobre todo personales: porque las relaciones amorosas no están ahí, dadas de una vez y para siempre, sino que actualizan de un modo singular la historia y las fuerzas de esos vínculos en nuestros cuerpos."

"Este número es entonces una apuesta: se trata de pensar, dejar, soltar, crecer, re-inventar, imaginar, confiar, sentir, compartir la creencia y la vivencia de los diversos modos en que amamos. Porque los amores nos con-mueven, nos movilizan siempre junto a otrxs. Con esta nueva Madeja queremos también visibilizar otras formas de amar y reivindicar otros amores como prioritarios, repensar las maneras que tenemos de relacionarnos y cuestionar lo que nos viene dado, desmontar quizás la jerarquía de amores que tenemos aprendida y construir nuestras propias formas de querer(nos). Desde aquí os invitamos a que os deis un paseo por este nuevo monográfico, donde se le buscan las vueltas a un tema tan común como el amor. Y es que no por ser cercano es tema obvio. Bienvenidxs y ¡adelante!."

La primera pregunta del la propuesta; 

1.- ¿Qué es tu amor: río, mar, pantano? ¿Qué orillas baña: las de un mundo o las de una isla?.

Y mi pequeña aportación desde la "ribera"... (sí que es difícil hablar de amores, sí!)

"si mi amor (el que doy desde las tripas y en general, se entiende), fuera mar, sería inabarcable, insondable, con esa dependencia a la luna, a las mareas, mareas vivas y tempestades o calma chicha y calima, sin término medio, lleno de vida y lleno de muerte. El mar provoca los más bellos paisajes, pero arrasa y pule todo. No me veo así.

si mi amor es río, me veo mejor allí, quizá, como un cauce, como un valor seguro. Se sabe dónde estoy, por dónde voy, puedo tener agua estancada, pero me muevo y llego a los rápidos. Desemboco y nazco cada día, me gusta. Puedo estar a pleno sol, pero tengo mis zonas sombrías. Albergo vida y en mí vienen a descansar y procrear especies marinas, agotadas de tanta libertad a mar abierto, jejeje. Me veo como un buen remanso, más recogida, entre montañas y peñascos, llenando de vida pequeños valles. Eso sí, que no intenten levantarme muros de represas que me enfado y me desbordo!

de pantanos ni hablar, arenas movedizas, agua dónde no se ve el fondo... hasta me da miedo pensarlo.

Y sobre las orillas que baño, evidentemente son pequeños mundos, no islas. Intento que mis aguas bañen lugares de vida, que se beba en mí agua cristalina, que se bañen en mí niños de risas, que se rieguen huertas de fecundidad. Esa sería mi esencia."




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