Presentación

"Valga este blog para arrancar cincuenta minutos al día para mí. A solas, con mis pensamientos, mientras camino del portal de casa al final del pueblo, y del final del pueblo al portal de casa. Cincuenta minutos exactos, sino me encuentro a alguien conocido y paro para una parrafada.

Siempre me ha gustado caminar, diariamente, pero los derroteros vitales me han empujado a una larga temporada de vehículos a motor. Pero ahora el cuerpo me pide piernas, movimiento, y aire fresco."

miércoles, 30 de marzo de 2016

retomando ou, "vémonos polos camiños"

Non é que non camiñe, máis xa non son cincuenta minutos, jajaja, e tampoco é que deixara de librepensar, eso nunca!

Máis a vida lévanos e tráenos por derroteiros que se alonxan do teclado, bendito alonxamento.

Sexa como sexa, sempre é simpático recordar e revisar, documentos antigos coma este...¡cómo crecemos!

http://www.galiciaconfidencial.com/noticia/7511-quero-aprendan-libremente

O bó de vernos uns anos despois é que sí é certo que concordo con case todo o que contaba naqueles anos, máis puntualizo, visto o visto que prefiro o total anonimato, e que as institucións públicas ou privadas nos deixen en paz. 


sábado, 7 de febrero de 2015

Ciutat morta y Libres.

En estas dos producciones audiovisuales ando enredando estos días, una de ellas dolorosa hasta las lágrimas, brutal, indispensable, la otra, divertida a ratos, reflexiva a ratos, y sanadora en sus planteamientos..  y aunque mis paseos se han espaciado mucho en el tiempo, por los temporales (finalmente no puedo volar sobre ellos, jajaja), eso no significa no darle a los pensamientos.


https://www.youtube.com/watch?v=BF28b04mhck

Leí por ahí que Ciutat morta no deja indiferente. Que no se puede verla y volver a ser la misma persona. Bueno. A las que ya veníamos de alguna trayectoria en Amnistía Internacional, dónde los casos de impunidad, terrorismo de estado, represalia judicial, ataque al diferente, etc, se revisan, se informan y se tratan de resolver, no nos sorprende en su esencia.
Pero si impacta su cercanía, sí impacta que esto está pasando aquí al lado, sí impacta que las consecuencias de la connivencia entre justicia y política hacen que las entrañas de los estados, mal llamados del bienestar, huelan a rancio y a podrido todo el rato. Si impacta tanta ida de olla de los propios "cuerpos y fuerzas de seguridad del estado". Mal vamos, si no somos capaces de organizarnos para no necesitarles, mal vamos.

Y leí por ahí que "Libres" era una pantomima de la realidad de la dureza de volver a lo rural, y no digo que no sea cierto. Pero esas relfexiones obvian algo muy importante y es el arranque personal, es el querer volver a un estado real, oler la tierra, respirar aire, sacar adelante vidas austeras y no dependientes. Esa fuerza mueve montañas, soporta condiciones duras y tira para adelante, siempre.


http://www.libreslaserie.com/home.html

miércoles, 8 de octubre de 2014

Hablemos de úteros (segunda parte de Marchando una de crianza natural).



 "(...) si el útero ha sido perseguido, castigado y, finalmente, borrado de la conciencia de la mujer ha sido porque posiblemente sea uno de los órganos vitales en la producción del placer y de los deseos de la mujer."

"La represión del deseo materno", Casilda Rodrigañez. (todas las citas entrecomilladas son del mismo texto y autora)

Con esta cita arranco profundos pensamientos caminantes, duros en su esencia. ¿A dónde hemos llegado, como sociedad humana, para tener que crecer en la absoluta inconsciencia de nuestro propio cuerpo?.
Es totalmente cierto que han borrado de nuestras conciencias que tenemos útero. Nadie nos habla de él, en nuestras desapegadas crianzas, se catapultan los saberes empíricos y académicos por encima de cualquier placer corporal, por encima de cualquier acercamiento a la sexualidad infantil. Desmembradas, acorazadas y con el útero rígido, con posturas inverosímiles para entender y sentir el placer corporal...

"(...)  el estado de cosas actual (la frigidez femenina y el parto y menstruación con dolor, etc.) se explicaría porque la mujer ha sido culturizada para romper la unidad psicosomática entre su conciencia y el útero (7).  Asi que, si el útero es en realidad, como suponemos, el centro del esqueleto erótico de la mujer, no es difícil imaginar que la represión milenaria de la mujer encaminada a controlar su capacidad reproductora haya requerido como condición (¿o quizá fué su consecuencia?) la rigidez uterina.  De esta manera se impide que las funciones reproductoras se realicen movidas por el deseo y la pasión y con la gratificación del placer; se consigue que las madres sean insensibles a los deseos, a las necesidades y a los sufrimientos de las criaturas, al menos en la medida suficiente para reprimirlas y domesticarlas según la ley patriarcal."

Leyendo con calma todo este intenso párrafo, me puse a pensar tranquilamente, cómo se articula todo este tabú, entre tantos otros, sobre el útero, y muy en la línea de Casilda, lo resumo en estos puntos. Todas las partes la he estado pensando en relación conmigo misma y mi entorno,


  • Yo diría que la primera cuestión a tratar, es el tabú mismo. Es decir, nadie nos habla del útero, nadie nos habla del placer de su palpitación, de dónde está situado, de como sentirlo. Cuándo se habla de la terrible y desviada "educación sexual" lo que se reciben, son nociones muy alejadas del cuerpo sobre ovarios, vagina, clítoris, anatómicamente hablando. Se nos habla de menstruación como algo terrible que hay que sobrellevar, y todo se refiere a esa posible futura reproducción (embarazo, parto, etc) o simplemente a un cuerpo femenino que se centra en unas relaciones sexuales adultas, coitales y falocéntricas.





  • El autoerotismo y las posturas. Evidentemente, si no se habla de útero, y del placer, poco o nada se habla del autoconocimiento, la autoexploración, y el autoerotismo. Los antiguos círculos de mujeres, dónde los cuerpos se acariciaban, se bailaba, y se estimulaban los placeres corporales, no existen. Todo se ha pasado al hablar científico, y empírico. No existe la sexualidad infantil porque no hay líbido en la crianza, los cuerpos están separados, y los niños y niñas, puestos a dormir, cada uno en su cama. No contentos con esto, los niños se pasan el día sentados, y las niñas se olvidan que tienen un útero porque no se agachan, no abren sus piernas, ni se rozan con nada. Es el comienzo de los úteros rígidos, sin elasticidad.
  • Finalmente, pienso que otro de los grandes desconocidos, en relación al útero, son los partos orgásmicos. Existen desde siempre, y son lo deseable para el nacimiento, pero son casi desconocidos en nuestra realidad de hoy precisamente porque los úteros son de una rigidez extrema.

"La envergadura de las fibras musculares del útero nos da la medida de la fuerza expansiva de las mal llamadas contracciones del útero, (y digo mal llamadas porque en realidad es un movimiento de contracción-distensión, sístole y diástole, fibras que se encogen y luego se distienden, se vuelven a encoger y se vuelven a distender… ); quiero decir, que la fuerza expansiva de este latido del útero es mucho más importante que la que pueden producir las fibras musculares de las mamas o de la vagina.

      Entonces, la relación entre el pecho, el útero y la vagina se debe a que la oxitocina viaja por el torrente sanguíneo y alcanza sus receptores allí donde están, a saber, en las llamadas zonas erógenas del cuerpo, y cuando se desencadena un movimiento más o menos simultáneamente en dichas zonas, tenemos la sensación de una conexión entre ellas (los meridianos de placer dibujados por el arte neolítico). Ambroise Paré (1575) (13) atribuía la relación entre las mamas y la matriz, a conexiones del sistema nervioso, pero ‘la conexión’ no la realiza el sistema nervioso (por impulsos nerviosos), sino el sistema sexual, mediante la oxitocina está en el torrente sanguíneo y se engancha allí donde encuentra receptores adecuados. Esto explica que la excitación sexual de las mamas se extienda al útero, y que el proceso de expansión del placer puede empezar por donde sea pero si se mantiene y acaba en orgasmo, implica siempre al útero, el órgano de mayor masa muscular y que tiene o debería tener la mayor cantidad de receptores de oxitocina (según claro está el estado del útero; una ginecóloga me contaba que los úteros que operaban estaban a menudo en un estado atrófico impresionante)."

" La desconexión interna corporal de las mujeres ha permitido la ocultación del papel del útero en la sexualidad; así por ejemplo, el ‘yoni’ de los tratados de sexualidad tántrica, literalmente quiere decir ‘útero’, y sin embargo se ha traducido por vagina, porque en nuestro paradigma de sexualidad el útero no existe. Pero digan lo que digan los manuales de sexualidad, lo sintamos o no, el útero es el órgano de expansión del placer por antonomasia. El funcionamiento y la envergadura muscular del útero, como digo, explican la famosa capacidad orgástica femenina puesta de manifiesto por Serrano Vicens, quien comprobó que dicha capacidad no es ni mito ni enfermedad, y que la ninfomanía es un epíteto calumnioso y misógino para tratar de hacer anormal y patológico lo que es normal y natural.
       Así pues, el parto orgásmico no lo produce el roce de la cabeza del feto en la vagina, y todavía menos es ‘un eufemismo del dolor’ (para esto último me remito también a Read). El parto orgásmico se produce porque el propio movimiento del útero es en sí mismo productor de placer, siempre que los músculos funcionen acompasadamente, según el proceso sexual normal; que es lo que sucede cuando el parto se produce de forma natural y se activa según la forma establecida filogenéticamente, por el sistema sexual de la mujer. Leboyer (16) sin necesidad de electrodos intrauterinos también describió los dos tipos de contracciones, las generadoras de placer y las generadoras de calambres y de intolerables sufrimientos.
     En la ‘contracción’ normal del parto, dice Leboyer, el útero se encoge muy lentamente en un movimiento que empieza arriba y va bajando poco a poco, al llegar abajo hace una pausa y luego empieza lentamente a distenderse de abajo hacia arriba, y al llegar arriba vuelve a hacer otra pausa; dice Leboyer que se asemeja a la respiración de un niño cuando duerme plácidamente y vemos cómo su pecho sube y baja lentamente con cada respiración. También describe las otras contracciones que conocemos tan bien: el útero en lugar del movimiento lento que empieza arriba y va bajando lentamente, se contrae entero en bloque, todo a la vez. Es un movimiento brusco que se suelta también bruscamente. Es decir, es un movimiento espasmódico en lugar de un latido lento y pausado."

"Parto orgásmico, testimonio de mujer y explicación fisiológica", Casilda Rodrigañez.

viernes, 3 de octubre de 2014

Marchando una de crianza natural... (primera parte)

Y llega alguien (en este caso, una periodista de La Opinión) y me pregunta a bocajarro qué es la crianza natural, y porqué la defiendo. La verdad, tuve que pararme a reflexionar un rato, y realmente preguntarme a mí misma, a día de hoy, que es para mí, y como lo argumento después de tanto rato dándole vueltas y ya para doce años de experiencias personales.

Leí hace poco (y mi mente de agüela no suele recordar quién ni dónde lo dijo, lo siento) algo tan bonito como "qué tiempos estos que corren, que hay que defender lo obvio"... y algo pasa similar con todo lo que voy a contar a continuación. No deberíamos tener que defenderlo, porque en las sociedades dónde verdaderamente se guardan las cualidades humanas básicas, la crianza, ni se cuestiona.

(aviso a personas caminantes pensadoras, que a continuación hablaré de necesidades biológicas del ser humano, no de opiniones, ni opciones...)

Si tengo que empezar por algún sitio, creo que el enfoque está en el adulto-centrismo. Desde el momento en que dejamos de pensar en nosotras mismas, y sentimos y somos conscientes que traemos una vida, con unas necesidades biológicas concretas y que no es otra cosa que la simbiosis con el cuerpo materno, estaremos en el eje correcto para que la maternidad, y la crianza, sean lo que son en realidad, una parte fundamental de la vida sexual de la mujer, y un auténtico placer vital.

No existe imagen más bella que una mujer que está disfrutando de su embarazo. Está llena de luz, la vida la abraza y su conexión con la naturaleza es brutal. Todas las mujeres deberíamos tener derecho a disfrutar un embarazo así, sin la tensión de los controles médicos excesivos, sin que nadie interfiera contagiándonos sus miedos, con pleno derecho a sentirnos por un rato, diosas de la vida. La realidad occidental del embarazo, todas lo sabemos, es totalmente opuesta. No solo, la mujer embarazada no puede dejar su ritmo vital y está en mil cosas, con la desconexión que eso produce, sino que se la bombardea con mil informaciones y se la acosa con cien mil mandatos (hazte una ecografía, que te midan el latido fetal, gimnasia, natación, aprende a respirar para el parto, hazte una prueba de glucosa, cúidate las piernas, mírate la dentadura, ojo con los pezones, hay que hacer natación para embarazadas, la alimentación....).


Quizá las mujeres en general no nos paramos suficientemente a entender y aprender otro tipo de implicaciones del embarazo, y desde luego no es una información que circule fácilmente, porque eso nos haría mucho más dueñas de la situación, y no nos infantilizaría en las salas de partos de los temidos hospitales.

Y en este punto me he parado durante unas semanas, porque creo que hay que empezar por el principio, y el principio se resume en esta preciosa foto con la correspondiente cita del Casilda Rodrigañez, el principio, sin duda, es el útero...



("Para parir con placer, hemos de empezar por explicar a nuestras hijas que tienen útero, que cuando se llena de emoción y de amor palpita con placer. Las mujeres tenemos que contarnos muchas cosas, De mujer a mujer, de mujer a niña, de madre a hija, de vientre a vientre")

Ah, el enlace al artículo reseñado que salió finalmente... poco más se puede hacer en diez minutos al teléfono, y definitivamente, no dió tiempo a hablar de úteros...

El artículo de La Opinión.


lunes, 18 de agosto de 2014

Enredando con la buena compañía (hablando de amores, tercera parte)

(Quien va contigo, ¿es compañía en la ruta o ruta en sí? )

La compañía, mmm, la buena compañía, qué importante es para la buena vida. Y sin embargo está tan infravalorada...
Solemos decir que una no puede dar lo que no tuvo, y en temas de compañías, estamos todas tan escasas, que ni somos conscientes de ello. Hasta que la vida nos pone en el tramo en el que tenemos que ser buena compañía para nuestras criaturas, y nos replanteamos todo de nuevo.
Las criaturas humanas, en el mundo occidental, tienen una crianza tan solitaria, a pesar de estar rodeadas de gente, que ya hemos perdido el norte de lo que es estar en buena compañía.

Acompañar, ser acompañadas, sentirnos en buenas manos. Esa presencia, que no invade, que no manipula, que no dirige, que solo está y ya es mucho.

Quien va conmigo, sino hablamos de pareja, es compañía en la ruta. Son esos ánimos incondicionales cuándo flaqueamos, son esas presencias con todo el trabajo personal que hay detrás, son esas respuestas a los correos, a las llamadas, ese estar pendientes, ese cuidarse, mimarse, los detalles. Me considero muy afortunada en haber encontrado personas así, porque sé que no es fácil. Estamos todas tan dañadas "de serie". Y yo me preocupo mucho de estar a la altura, porque la buena compañía va de la mano con la reciprocidad, y esa, sí que es bien difícil de encontrar.

La compañía no es hablar sin parar, no es proponer mil soluciones, sino saber estar ahí para que las soluciones fluyan. Es un puerto abrigado para descansar de las tempestades vitales.

En la crianza, un bebé nos enseña enseguida lo que es la buena compañía, porque él necesita teta, brazos, y cuerpo caliente, nada más, y nada menos. Y a partir de ahí y en su viaje al mundo, a la exploración, cuándo ya se va despegando poco a poco, la compañía es siempre esa disponibilidad física para cuándo se lleva el coscorrón, o se asusta cuándo su campo visual no alcanza a mamá.

Quien va conmigo, si hablamos de pareja, no es compañía ni ruta en sí porque está tan dañado que no puede ni ser compañía para sí mismo. Pero eso, ya es otro cuento largo... el daño irreparable.



(mmmm una deliciosa taza de té verde con hierbabuena fresca puede ser un buen comienzo de buena compañía...)

jueves, 14 de agosto de 2014

Enredando con la seducción (hablando de amores, segunda parte).

2.- ¿qué reglas le has puesto al juego? ¿qué queda del juego entre tantas reglas?

Esta sería la segunda pregunta, y un trozo de mi respuesta "a bote pronto" pero que después, enredando en mis paseo caminantes, amplié por muchas bandas, 


"cuándo la leí la primera vez, os juro que me sonó a revista femenina al uso, y me dije, boh! no me siento identificada con esto de las "reglas del juego", me suena a "juegos de seducción", y a venta de cosméticos y perfumes de alta gama, jajaja, nada que ver con mi vida alpargatera.

Y enredando con esto de la seducción, me di cuenta de que hasta en esto soy profundamente yequana y por supuesto casildera de tripas, porque he llegado a la conclusión de que todo ese tipo de mundo de la seducción tiene mucho de impuesto y nada de sexualidad espontánea.

Así que parándome a pensar más allá, veo que no utilizo ningún juego ni pongo ninguna regla. Conozco a alguien y entramos directamente en el mundo del cariño y no necesitamos más, empezamos a vernos, conocernos, y seguimos una relación sin juegos ni reglas. Yo creo que la química está por medio, y esa nos hace tener amor precisamente con quien quimicamente nos entendemos. Me explico. Si creemos que el mimo, el cuidado de las personas, el hacer por verse, por estar unas por otras, etc, es importante, ¿qué reglas de qué juego tengo que poner? el amor surge espontáneo y claro. Mención aparte es el amor materno, que evidentemente ya no tiene nada que ver con seducciones ni reglas.
Esto en general, y en cuestión pareja, creo que he sido más bestia...jajaja, ayer hacía memoria, tiempo real desde que salí con el padre de las criaturas por primera vez, hasta que nos fuimos a vivir juntos, dos semanas, jajaja, una loca! (supongo que eso lo explica casi todo, eh, mayfrends?, jajaja)."

Entrar en los amores sin reglas del juego me hace reflexionar que hay muchos códigos, casi físicos, que son importantes y que me gustaría visibilizar por su pequeñez, pero por su importancia.

¿Qué tal el código sorpresa?
Cuándo alguien, inesperadamente, hace algo sorpresivo por tí, y te emociona profundamente todo el trabajo y el mimo que hay detrás. La dedicación, el cuidado. Solo escribirlo, me sale la sonrisa, porque ¿a quién no le gusta una hermosa sorpresa?.

Los códigos mimos, cuidados, y delicadezas cierran el círculo que nos lleva directamente hacia la intimidad. Cuándo estamos cerca, casi piel con piel, y nos sentimos así, mimadas, cuidadas, nos derrite la posible coraza, y la comunicación es de puros amores. (vuelvo a repetir que no hablo exclusivamente del amor de pareja, de amores en general). 

En esos códigos anteriores de miradas, caricias y silencios, tiene que nacer espontáneamente el deseo y ahí vuelvo a pensar que no hacen falta "reglas del juego", porque definitivamente, con los amores no se juega.


viernes, 8 de agosto de 2014

¿Y porqué tanto renunciar? (hablemos de amores, primera de muchas partes).

Hace unos meses fuí a la presentación de una revista feminista en Coruña. Era un colectivo asturiano, y la revista, de nombre "La Madeja". Me gustó especialmente su presentación del monográfico número cuatro que hablaba exclusivamente de "los amores". Y ya en su pluralidad me sacudió, y me hizo continuar en esta eterna deconstrucción de lo aprendido.
De la misma manera que en un momento determinado me dí cuenta que la sexualidad humana no es exclusivamente adulta, ni exclusivamente coital, ni exclusivamente falocéntrica, los amores, así en plural, son tan extensos y amplios en su propia esencia, que me dí cuenta que la propuesta de La Madeja, encajaba muy bien con mi propio proceso.
Hay que hablar de amores, y mucho. Nos hemos pasado media vida centrándolo en el ideal romántico y heteronormativo por la presión brutal de los medios y la cinematografía, y los amores, en realidad, son muchas otras cuestiones.
Uno de los artículos de la revista propone incontables preguntas sobre los amores, y en grupo nos propusimos irlas contestando, a las personas interesadas en el tema, y todavía andamos en ello...

Aquí un párrafo de una de mis respuestas, quizá un punto de partida. Pero antes, ¿y porqué el título?, ¿y porqué tanto renunciar? porque esa idea de amor que nos han vendido en celofán, es tan, pero que tan, limitada, tan exclusiva "si elijo esta opción, deshecho todo lo demás", que creo que no va nada conmigo. Invitadas estamos todas las personas a rumiar sobre los amores, un viaje la mar de interesante, la verdad...

Primero, el texto de la editorial, que ya invita a repensarnos en el terreno de los amores.

"¿Hay un lugar más común y colectivo que el amor? ¿Cuál es el lenguaje de los amores? La Madeja vuelve un año más con un tema que desde hace tiempo nos llama, nos ronda y revolotea entre nosotras: los amores. Elegimos hablar de los amores –así, en plural– por lo que el amor tiene de común y colectivo, porque así se nos antoja término más huidizo y extenso, y porque cuestiona y pone en evidencia la sólida y casi inamovible estructura del singular y mayúsculo «Amor»."

"En este nuevo número, como siempre nos pasa, hemos aprendido muchas cosas; y como siempre, también, ha sido un viaje intenso de alturas variadas y no exento de baches. Entre los aprendizajes destacamos el hecho de que de los amores todas tenemos mucho que decir. Pareciera que muchos de los textos que componen este número se hubieran ido gestando a lo largo de los años en los adentros de cada cual y que, aprovechando buenamente la ocasión, se vuelcan aquí con la complicidad y valentía del querer compartir hallazgos, cuestionamientos y aprendizajes útiles para estos tiempos. Por todo esto, gracias. ¿Quién pensó alguna vez que los amores no eran una cuestión política?."

"Podemos apuntar también que en este número la mezcla de lenguajes es más heterogénea que nunca, más experimental, más encarnada. A nuestro parecer, corre más riesgos. Y es que esta Madeja ha salido, entre otras cosas, la mar de poética; versos y autoras dialogan –¿por arte de magia?– de unos textos a otros. Fragmentos de vidas, balbuceos, diálogos, imágenes que se buscan, experiencias vitales que van confluyendo de atrás hacia delante y a la inversa, conforman una gran cartografía que da cuenta de que de los amores es difícil escapar. Por todo esto también, gracias. Fragmentos que atraviesan cuerpos e imágenes, amistades, afectividades, sexualidades, maternidades, cuidados, desamores, violencias, proyectos personales y colectivos, políticos y sociales, que nos ayudan a caminar con pies de barro."

"Y, sin embargo, cuánto esfuerzo para llenar esas páginas blancas que anidan la escritura, esos vacíos que pueblan la imaginación al buscar modos donde refugiarnos para construir otros lazos afectivo-amorosos. No, no es fácil (de)construir, hablar, escribir de amores… No, no es fácil reflexionar sobre estos vínculos que nos ligan a lxs otrxs, sobre estas relaciones que parecen tan naturales pero que de a poco vamos descubriendo que son también consecuencia de procesos históricos, políticos, sociales pero sobre todo personales: porque las relaciones amorosas no están ahí, dadas de una vez y para siempre, sino que actualizan de un modo singular la historia y las fuerzas de esos vínculos en nuestros cuerpos."

"Este número es entonces una apuesta: se trata de pensar, dejar, soltar, crecer, re-inventar, imaginar, confiar, sentir, compartir la creencia y la vivencia de los diversos modos en que amamos. Porque los amores nos con-mueven, nos movilizan siempre junto a otrxs. Con esta nueva Madeja queremos también visibilizar otras formas de amar y reivindicar otros amores como prioritarios, repensar las maneras que tenemos de relacionarnos y cuestionar lo que nos viene dado, desmontar quizás la jerarquía de amores que tenemos aprendida y construir nuestras propias formas de querer(nos). Desde aquí os invitamos a que os deis un paseo por este nuevo monográfico, donde se le buscan las vueltas a un tema tan común como el amor. Y es que no por ser cercano es tema obvio. Bienvenidxs y ¡adelante!."

La primera pregunta del la propuesta; 

1.- ¿Qué es tu amor: río, mar, pantano? ¿Qué orillas baña: las de un mundo o las de una isla?.

Y mi pequeña aportación desde la "ribera"... (sí que es difícil hablar de amores, sí!)

"si mi amor (el que doy desde las tripas y en general, se entiende), fuera mar, sería inabarcable, insondable, con esa dependencia a la luna, a las mareas, mareas vivas y tempestades o calma chicha y calima, sin término medio, lleno de vida y lleno de muerte. El mar provoca los más bellos paisajes, pero arrasa y pule todo. No me veo así.

si mi amor es río, me veo mejor allí, quizá, como un cauce, como un valor seguro. Se sabe dónde estoy, por dónde voy, puedo tener agua estancada, pero me muevo y llego a los rápidos. Desemboco y nazco cada día, me gusta. Puedo estar a pleno sol, pero tengo mis zonas sombrías. Albergo vida y en mí vienen a descansar y procrear especies marinas, agotadas de tanta libertad a mar abierto, jejeje. Me veo como un buen remanso, más recogida, entre montañas y peñascos, llenando de vida pequeños valles. Eso sí, que no intenten levantarme muros de represas que me enfado y me desbordo!

de pantanos ni hablar, arenas movedizas, agua dónde no se ve el fondo... hasta me da miedo pensarlo.

Y sobre las orillas que baño, evidentemente son pequeños mundos, no islas. Intento que mis aguas bañen lugares de vida, que se beba en mí agua cristalina, que se bañen en mí niños de risas, que se rieguen huertas de fecundidad. Esa sería mi esencia."