Presentación

"Valga este blog para arrancar cincuenta minutos al día para mí. A solas, con mis pensamientos, mientras camino del portal de casa al final del pueblo, y del final del pueblo al portal de casa. Cincuenta minutos exactos, sino me encuentro a alguien conocido y paro para una parrafada.

Siempre me ha gustado caminar, diariamente, pero los derroteros vitales me han empujado a una larga temporada de vehículos a motor. Pero ahora el cuerpo me pide piernas, movimiento, y aire fresco."

jueves, 14 de agosto de 2014

Enredando con la seducción (hablando de amores, segunda parte).

2.- ¿qué reglas le has puesto al juego? ¿qué queda del juego entre tantas reglas?

Esta sería la segunda pregunta, y un trozo de mi respuesta "a bote pronto" pero que después, enredando en mis paseo caminantes, amplié por muchas bandas, 


"cuándo la leí la primera vez, os juro que me sonó a revista femenina al uso, y me dije, boh! no me siento identificada con esto de las "reglas del juego", me suena a "juegos de seducción", y a venta de cosméticos y perfumes de alta gama, jajaja, nada que ver con mi vida alpargatera.

Y enredando con esto de la seducción, me di cuenta de que hasta en esto soy profundamente yequana y por supuesto casildera de tripas, porque he llegado a la conclusión de que todo ese tipo de mundo de la seducción tiene mucho de impuesto y nada de sexualidad espontánea.

Así que parándome a pensar más allá, veo que no utilizo ningún juego ni pongo ninguna regla. Conozco a alguien y entramos directamente en el mundo del cariño y no necesitamos más, empezamos a vernos, conocernos, y seguimos una relación sin juegos ni reglas. Yo creo que la química está por medio, y esa nos hace tener amor precisamente con quien quimicamente nos entendemos. Me explico. Si creemos que el mimo, el cuidado de las personas, el hacer por verse, por estar unas por otras, etc, es importante, ¿qué reglas de qué juego tengo que poner? el amor surge espontáneo y claro. Mención aparte es el amor materno, que evidentemente ya no tiene nada que ver con seducciones ni reglas.
Esto en general, y en cuestión pareja, creo que he sido más bestia...jajaja, ayer hacía memoria, tiempo real desde que salí con el padre de las criaturas por primera vez, hasta que nos fuimos a vivir juntos, dos semanas, jajaja, una loca! (supongo que eso lo explica casi todo, eh, mayfrends?, jajaja)."

Entrar en los amores sin reglas del juego me hace reflexionar que hay muchos códigos, casi físicos, que son importantes y que me gustaría visibilizar por su pequeñez, pero por su importancia.

¿Qué tal el código sorpresa?
Cuándo alguien, inesperadamente, hace algo sorpresivo por tí, y te emociona profundamente todo el trabajo y el mimo que hay detrás. La dedicación, el cuidado. Solo escribirlo, me sale la sonrisa, porque ¿a quién no le gusta una hermosa sorpresa?.

Los códigos mimos, cuidados, y delicadezas cierran el círculo que nos lleva directamente hacia la intimidad. Cuándo estamos cerca, casi piel con piel, y nos sentimos así, mimadas, cuidadas, nos derrite la posible coraza, y la comunicación es de puros amores. (vuelvo a repetir que no hablo exclusivamente del amor de pareja, de amores en general). 

En esos códigos anteriores de miradas, caricias y silencios, tiene que nacer espontáneamente el deseo y ahí vuelvo a pensar que no hacen falta "reglas del juego", porque definitivamente, con los amores no se juega.


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