Presentación

"Valga este blog para arrancar cincuenta minutos al día para mí. A solas, con mis pensamientos, mientras camino del portal de casa al final del pueblo, y del final del pueblo al portal de casa. Cincuenta minutos exactos, sino me encuentro a alguien conocido y paro para una parrafada.

Siempre me ha gustado caminar, diariamente, pero los derroteros vitales me han empujado a una larga temporada de vehículos a motor. Pero ahora el cuerpo me pide piernas, movimiento, y aire fresco."

lunes, 18 de agosto de 2014

Enredando con la buena compañía (hablando de amores, tercera parte)

(Quien va contigo, ¿es compañía en la ruta o ruta en sí? )

La compañía, mmm, la buena compañía, qué importante es para la buena vida. Y sin embargo está tan infravalorada...
Solemos decir que una no puede dar lo que no tuvo, y en temas de compañías, estamos todas tan escasas, que ni somos conscientes de ello. Hasta que la vida nos pone en el tramo en el que tenemos que ser buena compañía para nuestras criaturas, y nos replanteamos todo de nuevo.
Las criaturas humanas, en el mundo occidental, tienen una crianza tan solitaria, a pesar de estar rodeadas de gente, que ya hemos perdido el norte de lo que es estar en buena compañía.

Acompañar, ser acompañadas, sentirnos en buenas manos. Esa presencia, que no invade, que no manipula, que no dirige, que solo está y ya es mucho.

Quien va conmigo, sino hablamos de pareja, es compañía en la ruta. Son esos ánimos incondicionales cuándo flaqueamos, son esas presencias con todo el trabajo personal que hay detrás, son esas respuestas a los correos, a las llamadas, ese estar pendientes, ese cuidarse, mimarse, los detalles. Me considero muy afortunada en haber encontrado personas así, porque sé que no es fácil. Estamos todas tan dañadas "de serie". Y yo me preocupo mucho de estar a la altura, porque la buena compañía va de la mano con la reciprocidad, y esa, sí que es bien difícil de encontrar.

La compañía no es hablar sin parar, no es proponer mil soluciones, sino saber estar ahí para que las soluciones fluyan. Es un puerto abrigado para descansar de las tempestades vitales.

En la crianza, un bebé nos enseña enseguida lo que es la buena compañía, porque él necesita teta, brazos, y cuerpo caliente, nada más, y nada menos. Y a partir de ahí y en su viaje al mundo, a la exploración, cuándo ya se va despegando poco a poco, la compañía es siempre esa disponibilidad física para cuándo se lleva el coscorrón, o se asusta cuándo su campo visual no alcanza a mamá.

Quien va conmigo, si hablamos de pareja, no es compañía ni ruta en sí porque está tan dañado que no puede ni ser compañía para sí mismo. Pero eso, ya es otro cuento largo... el daño irreparable.



(mmmm una deliciosa taza de té verde con hierbabuena fresca puede ser un buen comienzo de buena compañía...)

jueves, 14 de agosto de 2014

Enredando con la seducción (hablando de amores, segunda parte).

2.- ¿qué reglas le has puesto al juego? ¿qué queda del juego entre tantas reglas?

Esta sería la segunda pregunta, y un trozo de mi respuesta "a bote pronto" pero que después, enredando en mis paseo caminantes, amplié por muchas bandas, 


"cuándo la leí la primera vez, os juro que me sonó a revista femenina al uso, y me dije, boh! no me siento identificada con esto de las "reglas del juego", me suena a "juegos de seducción", y a venta de cosméticos y perfumes de alta gama, jajaja, nada que ver con mi vida alpargatera.

Y enredando con esto de la seducción, me di cuenta de que hasta en esto soy profundamente yequana y por supuesto casildera de tripas, porque he llegado a la conclusión de que todo ese tipo de mundo de la seducción tiene mucho de impuesto y nada de sexualidad espontánea.

Así que parándome a pensar más allá, veo que no utilizo ningún juego ni pongo ninguna regla. Conozco a alguien y entramos directamente en el mundo del cariño y no necesitamos más, empezamos a vernos, conocernos, y seguimos una relación sin juegos ni reglas. Yo creo que la química está por medio, y esa nos hace tener amor precisamente con quien quimicamente nos entendemos. Me explico. Si creemos que el mimo, el cuidado de las personas, el hacer por verse, por estar unas por otras, etc, es importante, ¿qué reglas de qué juego tengo que poner? el amor surge espontáneo y claro. Mención aparte es el amor materno, que evidentemente ya no tiene nada que ver con seducciones ni reglas.
Esto en general, y en cuestión pareja, creo que he sido más bestia...jajaja, ayer hacía memoria, tiempo real desde que salí con el padre de las criaturas por primera vez, hasta que nos fuimos a vivir juntos, dos semanas, jajaja, una loca! (supongo que eso lo explica casi todo, eh, mayfrends?, jajaja)."

Entrar en los amores sin reglas del juego me hace reflexionar que hay muchos códigos, casi físicos, que son importantes y que me gustaría visibilizar por su pequeñez, pero por su importancia.

¿Qué tal el código sorpresa?
Cuándo alguien, inesperadamente, hace algo sorpresivo por tí, y te emociona profundamente todo el trabajo y el mimo que hay detrás. La dedicación, el cuidado. Solo escribirlo, me sale la sonrisa, porque ¿a quién no le gusta una hermosa sorpresa?.

Los códigos mimos, cuidados, y delicadezas cierran el círculo que nos lleva directamente hacia la intimidad. Cuándo estamos cerca, casi piel con piel, y nos sentimos así, mimadas, cuidadas, nos derrite la posible coraza, y la comunicación es de puros amores. (vuelvo a repetir que no hablo exclusivamente del amor de pareja, de amores en general). 

En esos códigos anteriores de miradas, caricias y silencios, tiene que nacer espontáneamente el deseo y ahí vuelvo a pensar que no hacen falta "reglas del juego", porque definitivamente, con los amores no se juega.


viernes, 8 de agosto de 2014

¿Y porqué tanto renunciar? (hablemos de amores, primera de muchas partes).

Hace unos meses fuí a la presentación de una revista feminista en Coruña. Era un colectivo asturiano, y la revista, de nombre "La Madeja". Me gustó especialmente su presentación del monográfico número cuatro que hablaba exclusivamente de "los amores". Y ya en su pluralidad me sacudió, y me hizo continuar en esta eterna deconstrucción de lo aprendido.
De la misma manera que en un momento determinado me dí cuenta que la sexualidad humana no es exclusivamente adulta, ni exclusivamente coital, ni exclusivamente falocéntrica, los amores, así en plural, son tan extensos y amplios en su propia esencia, que me dí cuenta que la propuesta de La Madeja, encajaba muy bien con mi propio proceso.
Hay que hablar de amores, y mucho. Nos hemos pasado media vida centrándolo en el ideal romántico y heteronormativo por la presión brutal de los medios y la cinematografía, y los amores, en realidad, son muchas otras cuestiones.
Uno de los artículos de la revista propone incontables preguntas sobre los amores, y en grupo nos propusimos irlas contestando, a las personas interesadas en el tema, y todavía andamos en ello...

Aquí un párrafo de una de mis respuestas, quizá un punto de partida. Pero antes, ¿y porqué el título?, ¿y porqué tanto renunciar? porque esa idea de amor que nos han vendido en celofán, es tan, pero que tan, limitada, tan exclusiva "si elijo esta opción, deshecho todo lo demás", que creo que no va nada conmigo. Invitadas estamos todas las personas a rumiar sobre los amores, un viaje la mar de interesante, la verdad...

Primero, el texto de la editorial, que ya invita a repensarnos en el terreno de los amores.

"¿Hay un lugar más común y colectivo que el amor? ¿Cuál es el lenguaje de los amores? La Madeja vuelve un año más con un tema que desde hace tiempo nos llama, nos ronda y revolotea entre nosotras: los amores. Elegimos hablar de los amores –así, en plural– por lo que el amor tiene de común y colectivo, porque así se nos antoja término más huidizo y extenso, y porque cuestiona y pone en evidencia la sólida y casi inamovible estructura del singular y mayúsculo «Amor»."

"En este nuevo número, como siempre nos pasa, hemos aprendido muchas cosas; y como siempre, también, ha sido un viaje intenso de alturas variadas y no exento de baches. Entre los aprendizajes destacamos el hecho de que de los amores todas tenemos mucho que decir. Pareciera que muchos de los textos que componen este número se hubieran ido gestando a lo largo de los años en los adentros de cada cual y que, aprovechando buenamente la ocasión, se vuelcan aquí con la complicidad y valentía del querer compartir hallazgos, cuestionamientos y aprendizajes útiles para estos tiempos. Por todo esto, gracias. ¿Quién pensó alguna vez que los amores no eran una cuestión política?."

"Podemos apuntar también que en este número la mezcla de lenguajes es más heterogénea que nunca, más experimental, más encarnada. A nuestro parecer, corre más riesgos. Y es que esta Madeja ha salido, entre otras cosas, la mar de poética; versos y autoras dialogan –¿por arte de magia?– de unos textos a otros. Fragmentos de vidas, balbuceos, diálogos, imágenes que se buscan, experiencias vitales que van confluyendo de atrás hacia delante y a la inversa, conforman una gran cartografía que da cuenta de que de los amores es difícil escapar. Por todo esto también, gracias. Fragmentos que atraviesan cuerpos e imágenes, amistades, afectividades, sexualidades, maternidades, cuidados, desamores, violencias, proyectos personales y colectivos, políticos y sociales, que nos ayudan a caminar con pies de barro."

"Y, sin embargo, cuánto esfuerzo para llenar esas páginas blancas que anidan la escritura, esos vacíos que pueblan la imaginación al buscar modos donde refugiarnos para construir otros lazos afectivo-amorosos. No, no es fácil (de)construir, hablar, escribir de amores… No, no es fácil reflexionar sobre estos vínculos que nos ligan a lxs otrxs, sobre estas relaciones que parecen tan naturales pero que de a poco vamos descubriendo que son también consecuencia de procesos históricos, políticos, sociales pero sobre todo personales: porque las relaciones amorosas no están ahí, dadas de una vez y para siempre, sino que actualizan de un modo singular la historia y las fuerzas de esos vínculos en nuestros cuerpos."

"Este número es entonces una apuesta: se trata de pensar, dejar, soltar, crecer, re-inventar, imaginar, confiar, sentir, compartir la creencia y la vivencia de los diversos modos en que amamos. Porque los amores nos con-mueven, nos movilizan siempre junto a otrxs. Con esta nueva Madeja queremos también visibilizar otras formas de amar y reivindicar otros amores como prioritarios, repensar las maneras que tenemos de relacionarnos y cuestionar lo que nos viene dado, desmontar quizás la jerarquía de amores que tenemos aprendida y construir nuestras propias formas de querer(nos). Desde aquí os invitamos a que os deis un paseo por este nuevo monográfico, donde se le buscan las vueltas a un tema tan común como el amor. Y es que no por ser cercano es tema obvio. Bienvenidxs y ¡adelante!."

La primera pregunta del la propuesta; 

1.- ¿Qué es tu amor: río, mar, pantano? ¿Qué orillas baña: las de un mundo o las de una isla?.

Y mi pequeña aportación desde la "ribera"... (sí que es difícil hablar de amores, sí!)

"si mi amor (el que doy desde las tripas y en general, se entiende), fuera mar, sería inabarcable, insondable, con esa dependencia a la luna, a las mareas, mareas vivas y tempestades o calma chicha y calima, sin término medio, lleno de vida y lleno de muerte. El mar provoca los más bellos paisajes, pero arrasa y pule todo. No me veo así.

si mi amor es río, me veo mejor allí, quizá, como un cauce, como un valor seguro. Se sabe dónde estoy, por dónde voy, puedo tener agua estancada, pero me muevo y llego a los rápidos. Desemboco y nazco cada día, me gusta. Puedo estar a pleno sol, pero tengo mis zonas sombrías. Albergo vida y en mí vienen a descansar y procrear especies marinas, agotadas de tanta libertad a mar abierto, jejeje. Me veo como un buen remanso, más recogida, entre montañas y peñascos, llenando de vida pequeños valles. Eso sí, que no intenten levantarme muros de represas que me enfado y me desbordo!

de pantanos ni hablar, arenas movedizas, agua dónde no se ve el fondo... hasta me da miedo pensarlo.

Y sobre las orillas que baño, evidentemente son pequeños mundos, no islas. Intento que mis aguas bañen lugares de vida, que se beba en mí agua cristalina, que se bañen en mí niños de risas, que se rieguen huertas de fecundidad. Esa sería mi esencia."




miércoles, 6 de agosto de 2014

La ternura de las agüelas...

No. Aún no he entrado en esa categoría familiar, jeje. Pero sí es cierto que utilizo el término para designar a las amigas cercanas, a las amigas con las que comparto esta parte de mi vida de despistes y meteduras de pata vitales, porque la crianza descoloca, y mucho.

Cuándo una está amamantando, y la grande te pide atención, y la mediana espera por un culete para ser limpiado, y llaman a la puerta, y tienes que hacer un par de llamadas de teléfono urgentes e impostergables, y sale agua por debajo de la lavadora, y se queda la tartera con todo quemado... llegas a la categoría de "agüela", y tienes que tener cuidado con el escalón, jejeje.

Pero "las agüelas", somos mucho más. Porque las agüelas sabemos de sostener la vida, y eso no es cualquier cosa.
Lo primero que hacemos las "agüelas" es amar incondicionalmente a nuestras crías, y eso tampoco es cualquier cosa. Amar incondicionalmente y complacerlas en todo lo que está en nuestra mano, es el principio de un apasionante proceso. Porque desde ahí, se van abriendo sendas inimaginables cuándo ejercíamos de "mujeres liberadas".
Las "agüelas" somos atemporales, y no tenemos prisa. A las "agüelas" no nos importan los lamparones en la ropa, al revés, nos volvemos niñas alocadas cuándo vemos a una de nuestras crías llenas de barro, o como croquetas de arena, nos sentimos libres cuándo les vemos empaparse bajo la lluvia... y llevamos siempre mochila con ropa seca de repuesto.
Las "agüelas" sabemos que todo se arregla en la lavadora, por eso dejamos a los niños, ser niños, siempre, y comer con las manos, todo lo sabroso de la vida.

Las "agüelas" se mueren por una buena conversación de agüelas, y si es regada de buena cerveza, vino tinto o licor café, las risas son más altas. No existe lugar dónde las agüelas no puedan llegar con su luz, y sus mimos. A muchas nos quemaron hace años en hogueras de terror, pero hemos sobrevivido, abofé que sí, y haremos que la herencia se propague... cada vez que una mujer se sienta viva, coleante, llena de entusiasmo, libre de ataduras, volando sobre los malos rollos, y mimando todo lo que toca, no lo dudéis, es una verdadera "agüelaaaaaa".



Las agüelas, igual que las hadas, EXISTEN.


lunes, 4 de agosto de 2014

Al hilo del hilo.

Me quedaron colgando de ayer algunos hilos sobre la Renta Básica de las Iguales, y las acciones políticas diarias y personales.
Y me rumié de nuevo un correo explicativo que venía a cuento de un cuestionamiento a esto, pero esta vez cariñoso y con verdaderas ganas de profundizar. Así da gusto.
La Renta Básica de las Iguales, no es una propuesta cualquiera. Tiene años de trabajo intenso detrás, por parte de colectivos que estudian las herramientas anticapitalistas porque viven realidades que intentan cambiar la exclusión social, pura y dura. Y eso, marca mucho.
Yo no puedo decir que por haber asistido a un par de charlas, sepa mucho del asunto, pero sí su eje central.

Así las cosas, haciéndome defensora de sus líneas básicas, una persona amiga me envió esta reflexión, "Tudo contra a Renda Básica", como bien dijo, "pra chinchar", jajaja.

Son argumentos duros en contra, bien merecen una lectura detallada, y enseguida la respuesta de los colectivos no se hizo esperar, también merecedora de una larga reflexión (tono burlón sobrante, aparte).

Metida de lleno en entender las posiciones tan antagónicas, y reconociendo que si se pierden en debates económicos y fórmulas del PIB, etc, me pierdo totalmente, fuí requerida a contestar yo misma, en el plano personal, y así me terminé expresando al respecto,

"Ay, S, eu non te sei nada de PIB,  de economía sostible, de IRPF, nin de como económicamente se pode, ou non se pode, se debe ou non se debe implantar este instrumento. O conceito da Renda Básica aínda estou a rumialo (mais como son unha tola de cañete, xa me meto así, de testa e sin rede). A miña bagaxe é unha charliña mui intensa con Mari Fidalgo, de Baladre, unha viaxe a Vigo para unha nova charliña con Manolo Sáez, de Baladre e as compañeiras de Coia e a tolemia de pillar o centro territorial da Coruña para a ILP... casi ná.

O que se manexa por alí, e que a Renda Básica das Iguais nace doutro xeito de entender a Renda Básica, si queres, como ferramenta, no como fín en sí. A proposta de Baladre para Galiza, está nun libriño que estou a ler, e que dín os que saben (economistas, estudosos, etc) que os cálculos para nós estarían nunha renda básica ao redor de 800€ (de novo con formuliñas do PIB, blablabla, parte da charla dónde desconectas porque non o pillas...). Eles teñen articuladas varias fases para esa implantación da renda básica, nun primeiro momento para colectivos de emerxencia social, nun segundo momento para colectivos que non estén cobrando nada (amas de casa, etc), e xa finalmente para toda a poboación.

O seu eixe, para defender que é unha proposta que racharía có capitalismo, está en que parte de esa Renda básica (ao principio un 10%, disque) iría a un fondo comunitario, a xente (disque) empezaría a ter que organizarse en barrios, en aldeas, en lugares do común para xestionar eses fondos que irían destinados á semente da autoxestión. Co tempo o ideal é que ese tanto por cento asinado para o ben común fose sendo cada vez maior. ¿utopia, realidade, pallamental? non o sei, pero soar, soa ben...

E xa que estamos, ¿porqué entrou a Renda Básica das iguais nas miñas venas?, buf... de dentro afora, porque persoalmente me permitiría levar a vida que quero levar sin depender das arbitrariedades dun señor, pai das miñas cativas, que se cree que porque deixei o emprego para á crianza, pode facer o que lle pete con nós (incluso obrigar a escolarizar, si dedicimos separarnos), porque á rapaza que vive enfrente, non tería que ver como fiscalía de menores lle leva á sua nena de 3 anos e llela entrega a unha sogra que pon todo da súa parte para que a nena esqueza á súa nai... porque a miña amiga non teña que pasar pola humillación das enquisas persoais da traballadora social de turno, que para que lle faga o informe para pedir a risga (divorciada, sen emprego e catro fillas), lle pregunta por puro cotilleo ata con quén se acosta... porque outra das miñas amigas tivo que facer o seu modo de vida dependendo económicamente por falta de recursos, dos seus pais maltratadores que casi a levan ao suicidio, e tantas e tantas pequenas historias cotiás, meu querido S., que ti xa sabes tan ben, que da medo! 

E unha pensa, e sinte que sería tan sinxelo que ninguén tivera que pasar por esas situacións... só con que se redistribuíse nonseiqué, só con que se aplicase non sei qué fórmula, só con que houbese vontade de verdade humana...

E ahí andamos, compañeiro, por intentalo, que non quede, e si non o vemos nós, polo menos que o vexan ás crianzas e lles deixemos un mundo de intentos!!".

También dejo aquí, terminando este hilo del hilo, una conversación preciosa, con alguien del colectivo Baladre, al que le dió por preguntar...jajaja.




"¡La política, sobra!."

Con estas palabras y una actitud hostil, me despidieron ayer de una comida familiar. Mi gran delito, después de comportarme dentro del círculo de lo esperable, fué añadir un toque personal, poniendo encima de la mesa una carpeta con pliegos para la Iniciativa Legislativa Popular para la Renta Básica, campaña de la que soy fedataria, por si a alguien le apetecía que hablásemos del tema y firmar.
Ya se sabe, tener ideas propias y defenderlas públicamente, no está bien visto por las personas que están acostumbradas a infantilizar a las mujeres. Ni siquiera preguntaron de qué iba todo eso, la sentencia y la condena ya estaban dictadas de antemano.

¿Y de qué va todo eso?. ¿Realmente "la política sobra"?. Todo dependerá de como entendamos esto de la política.

Para mí, muchas de las acciones personales del día a día, son política, y llevan una carga de elección personal. No es lo mismo comprar siempre en grandes superficies, que hacerlo en el comercio local, no es lo mismo compartir un coche o utilizar al máximo el transporte colectivo, que ir siempre en nuestro coche particular. No es lo mismo la crianza con apego, que delegar todo lo relativo a nuestras hijas. No es lo mismo priorizarles en todas las decisiones personales o familiares, que relegarles y tomar decisiones priorizando una vida más cómoda, o económicamente más elevada. No es lo mismo, iniciar la búsqueda de un embarazo, parto y nacimiento amoroso y respetado, amamantar a demanda, y criar colechando, que parir medicalizadamente, tener un nacimiento violento o con cesárea innecesaria, dar biberón, y separar a la criatura en cunas, hamacas y carritos, sin apenas contacto corporal. NO es lo mismo.

No es lo mismo vivir para una misma en exclusiva, o para su exclusivo entorno familiar, que vivir pensando que la vida es otra cosa, que no estamos solas, que nos necesitamos y mucho, que las redes personales de cuidados, mimos y estar por lo comunitario, importa y hay que trabajarlo intensamente. No es lo mismo, definitivamente.

En nuestro entorno de barrio, se dan situaciones muy duras en todas las familias. Madres a las que han quitado a sus hijos temporalmente por falta de recursos económicos, madres que están encerradas desde hace meses con depresión y miedo a salir a la calle, padres violentos, familias con una orden de desahucio por falta de pago del alquiler, madres solas con hijas a cargo, padres solos con hijas a cargo, y yo no puedo dejar de pensar en que si la comunidad fuese de otra manera, qué distinta sería la vida para estas personas, y para mí misma. Nadie se sentiría solo, porque habría alguien, no para solucionarles la vida enteramente, pero sí una compañía en el camino, un respiro, un no sentirse abandonada comiéndose los mocos entre cuatro paredes cada vez que tenemos un problema.

Es fundamental colectivizar, visibilizar. Lo contrario es morirse lentamente cocidas en nuestra propia salsa.

De aquí nace mi defensa a ultranza de la Renta Básica, y sobre todo de la Renta Básica de las Iguales. Porque al menos en mi vida, nada sobra, y mucho menos, la política.


sábado, 2 de agosto de 2014

Te sustuiré....amargamente.

Caminando me encontré con una persona conocida, y le gustó pararse conmigo a una larga parrafada. Pero el sabor de boca de la conversación fué amargo.
Se trataba de una justificación sobre la idea de que cualquiera de nosotras somos totalmente sustituibles. Bien es cierto que el contexto de la conversación era el mundo laboral. Pero sigue sin gustarme. Con esta idea, tiramos de un hilo muy poco humano, para mi forma de verlo.
Si cualquiera es sustituible, si no vale de nada la implicación personal en los proyectos porque otra persona lo puede hacer, llegamos al peligroso mucho de la des-motivación, y del me da igual.

Me vine pensando que realmente, estoy en el polo opuesto. Nadie es sustituible, no es lo mismo una persona que otra, y cada una es especial y única. Esos son los rasgos fundamentales de la identidad, y la fuerza personal de lo que cada uno ponemos en los distintos lugares que nos va llevando la vida, no son iguales.

Y me dan miedo estas aseveraciones, mucho. Porque detrás de toda esta idea de que las personas no son importantes, porque son fácilmente sustituibles, está toda la maquinaria del poder capitalista. Si tu no aceptas estas condiciones, otros miles que están a la cola, lo harán. Traga o revienta.

Pues no. Todas las personas importamos, aportamos, cada una en la medida de sus posibilidades, de sus capacidades, de sus querencias. Me gusta tanto ver y sentir que hay proyectos que nada tienen que ver con este mundo de la producción a saco...


""La conquête du pain" es un comercio de barrio a las afueras deParís donde nueve personas se dedican a elaborar baguettes, cruasanes y bollos de chocolate, un establecimiento de esquina no muy diferente, a priori, de las otras 35.000 panaderías esparcidas por el territorio galo.

Sin embargo, es la única "boulangerie" anarquista del área de la capital de Francia, país donde el pan, el queso y el vino, forman parte del imaginario colectivo con el que se identifica la nación de la Torre Eiffel.

"Somos una panadería autogestionada. Aquí no hay jefes, funcionamos de manera colegiada y celebramos una asamblea cada dos semanas donde decidimos lo que vamos a hacer. Todos tenemos el mismo salario de 1.350 euros al mes (unos 1.780 dólares) y el mismo reparto de beneficios", explica a Efe Pierre Pawin, impulsor de esta peculiar cooperativa.

"La conquête du pain" nació hace tres años en Montreuil, antiguo feudo del Partido Comunista aledaño a París, gobernado hoy por los ecologistas. Varios militantes anarquistas decidieron pasar de la teoría a la práctica y ensayar con un negocio autogestionado.

Como nombre para su tienda eligieron "La conquête du pain" (La conquista del pan), un guiño a la homónima obra del anarco-comunista del siglo XIX Piotr Kropotkine. Y como logotipo, una silueta extraída de "La libertad guiando al pueblo", de Delacroix, en la que el personaje del lienzo cambia las pistolas por una barra de harina y cereal.

"Yo era informático y no tenía ninguna formación como panadero. Un día Pierre me llamó y me dijo: llevas diez años hablándome de alternativas. Voy a montar una panadería, ven a trabajar con nosotros", comenta Thomas, que dejó su empleo en una escuela de negocios para lanzarse a amasar "baguettes".

Tres años después, la panadería se demuestra rentable, transforma dos toneladas de harina a la semana y emplea a siete personas y dos aprendices. Thomas no se arrepiente por haberse sumado a esta iniciativa que toma el relevo de "La Fraternelle", panadería autogestionada que nació a principios del siglo XX y desapareció noventa años después.

"Aquí me siento mucho mejor. Sé por qué hago las cosas, aunque físicamente sea mucho, muchísimo más duro", confiesa mientras enseña a un estudiante a preparar una crema de chocolate.

Hornean su propios productos, hasta 35 referencias artesanales que dan prioridad a los productos biológicos, e identifican sus bocadillos y menús con nombres de revolucionarios históricos: "El Bakunin", con atún y cebolleta; "El Durruti", con pollo, queso y curry; "El Marx", con jamón cocido y queso emmental...

Además, si el cliente declara que atraviesa dificultades económicas, tiene derecho automático a un "precio de crisis".

"Basta con pedir una tarjeta en la panadería que da acceso a una reducción. En los productos de primera necesidad, la reducción es del veinticinco por ciento. En el resto, del diez por ciento. La 'baguette' cuesta un euro y con al reducción se queda en 75 céntimos", resume Pierre (1,3 y 1 dólar).

"La gente sabe que es una panadería anarquista, pero vienen porque el pan es bueno y somos agradables", sentencia Pierre.

Por ahora, estos empresarios ácratas no reparten dividendos y dedican los beneficios a devolver los préstamos, a aligerar la jornada laboral y a financiar nuevas contrataciones.

Lejos de ideales utópicos a gran escala, aspiran a que su negocio se mantenga bajo esa fórmula solidaria de repartición de la riqueza y a poder seguir creando empleos.

"¿Creer que vamos a cambiar la sociedad gracias a la autogestión? Sería como pensar que vamos a cambiar el mundo con una bicicleta", resume Pierre.

viernes, 1 de agosto de 2014

Mutilación.

Al hilo de los árboles, como se leerá al final de esta entrada, me he ido enredando en el origen de la violencia. Eso me pasa porque diariamente veo una exagerada violencia en general, pero específicamente contra las personas niñas y claro, me da por pensar largamente sobre el asunto. ¿De dónde nace esa violencia? ¿Es, como nos quieren hacer creer, inherente a la condición humana?. Yo, que he tenido a mis recienes en brazos largamente, sé que no.
Después de muchos procesos personales, y muchas investigaciones he dado con la clave que para mí lo explica todo. La rotura del continuum. Venimos preparadas desde el útero para encontrarnos con unas condiciones biológicas, también llamada, estado de simbiosis materno, que en nuestra sociedad se violenta desde el puro nacimiento.

No somos violentas por naturaleza, pero todo lo que nos van haciendo por el camino, influye, y mucho. La violencia en la infancia, la violencia obstétrica, el nacimiento violento, la separación de la madre, la falta de cuerpo, la ansiedad de la separación, en definitiva, unos niveles de cortisol en sangre muy difíciles de eliminar para el cuerpo de un bebé (que viene diseñado para vivir en modo complaciente, y se ve avocado a vivir en modo supervivencia). Todo esto se explica muy bien en tres documentos que son fundamentales para entender y cuadrar muy bien estos conceptos. Los textos de Casilda Rodrigañez, especialmente el Asalto al Hades, segunda parte, el libro "El concepto del Continuum", de Jane Liedloff, y el documental, "Restoring de original paradigm", de Nils Bergman.

Hace poco, escuchaba también hablar del continuum relacionado con la orientación del deseo, defendiendo la postura de que entre los polos genéricos de hombre-mujer, había todo un contínuum de variedades que la sociedad no debería obviar. Y estoy plenamente de acuerdo.

El daño que produce la violencia estructural, cuándo no la cuestionamos, es infinito. Y produce largas cadenas de dolor, que se va viendo como normal, pero no lo es. Hemos nacido para el placer, para la vida que merece la pena ser vivida, y en ese lugar quiero estar y quiero que estemos todas. Por eso, cuándo me asaltan los miedos, lucho, lucho contra la mutilación gratuita de una infancia que tiene que cargar con más mochilas de las que puede.

Las niñas son de los árboles, son de subir, de escalar, de explorar... por eso, no podemos mutilar los árboles para que las niñas no suban y no se caigan. Son nuestros miedos, nuestras neuras, hagámonoslas mirar, pero dejemos a las niñas en paz.




(nogal serrado en sus ramas bajas para que las niñas no se pudieran subir en él...).